Así y todo, no tenía más opción que subir. El
agua llegaba a mi cintura. Fue un golpe seco y inesperado, traidor. Nunca me
habían gustado sus aires de superioridad, su seguridad y, sobretodo, que no
confiará en mi máquina de hacer llover. Y sólo por ser
el director del centro. Igual si que se me había descontrolado. No importaba. Había demostrado a todo el mundo que no era un científico chiflado. Ahora sólo tenía que encontrar la manera de pararla. Seguro que lo conseguiría. Sólo. Como siempre me había gustado trabajar. Eso pensaba cuando arroje su cuerpo al agua
el director del centro. Igual si que se me había descontrolado. No importaba. Había demostrado a todo el mundo que no era un científico chiflado. Ahora sólo tenía que encontrar la manera de pararla. Seguro que lo conseguiría. Sólo. Como siempre me había gustado trabajar. Eso pensaba cuando arroje su cuerpo al agua
Relat enviat al Concurso Relatos en cadena, en que cada nou relat ha de començar amb la darrera frase del relat guanyador de la setmana anterior. Relats de 100 paraules
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