Se escucha ese «pi» infinito, tan irracional.
No me lo puedo sacar de la cabeza cada vez que
voy a la estación, me acerco a las vías o veo pasar el tren. PI, PI, PI
repetido, insistente, llenando de manera obsesiva mi cabeza. Igual que cuando
estaba al lado de mi mujer, esperando que llegara el tren que se insinuaba en
el horizonte. Fueron segundos eternos, con su PI, PI, PI mezclados con sus
angustiosas suplicas, amarrada a las vías. Y el placer de ver como el tren
destrozaba su cuerpo pecador, infiel, adúltero, destrozándolo, con ese PI, PI,
PI que no cesa. Hasta volverme totalmente loco.
Relat enviat al Concurso Relatos en cadena, en que cada nou relat ha de començar amb la darrera frase del relat guanyador de la setmana anterior. Relats de 100 paraules
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