Pesaban muy poco, pero aplastaban sueños
aún así, era tan difícil destruirlos que mis fuerzas se desvanecían antes
incluso de empezar. Frustraciones, fracasos, desengaños, traiciones, huidas,
todo ello llenaba mi vida, y con ellos, sueños, esperanzas, futuro no tenían
espacio para renacer. Todo ello, hasta que unos nuevos ojos llenaron de luz y
esperanza, otra vez, mi corazón. Era el renacer de la primavera y del amor, de
nuevo, como siempre.
Relat enviat al Concurso Relatos en cadena, en que cada nou relat ha de començar amb la darrera frase del relat guanyador de la setmana anterior. Relats de 100 paraules
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