Mientras chirrían tus arrugadas costuras de bronce
se va hinchando cada vez más mi pecho. El dolor
es insufrible, pero no hay otra salida. Eso decía mi abuelo, el gran genio de
la lámpara de Aladino. “Solo hay dos maneras de salir de una lámpara mágica: O
algún afortunado la frota, y entonces estas obligado a cumplir sus tres deseos,
o simplemente, vas llenándote de soledad hasta que tu pecho explota y la rompe
en mil pedazos”. Después de quinientos años encerrado, la soledad ya no me cabe
y estoy a punto de explotar enviándolo todo a los infiernos. ¡¡Maldita
humanidad que ya no cree en genios!!
Relat enviat al Concurso Relatos en cadena, en que cada nou relat ha de començar amb la darrera frase del relat guanyador de la setmana anterior. Relats de 100 paraules
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada